Para esos momentos en los que la vida me hace reflexionar y necesito sacarlo.....

sábado, 26 de julio de 2008

À tout à l'heure, Paris!

Siempre quise conocer París.

Desde pequeña algo en la barriga me hacía cosquillitas cuando escuchaba hablar a alguien en Francés, idioma que por supuesto reconocí algún tiempo después, porque a esa edad, lo más cerca que había estado de algún idioma diferente al Español era el inglés, sin embargo este idioma desconocido, me llamaba muchísimo la atención.

Ya más grande, en bachillerato, Ana Karina dejó de estudiar conmigo la mención ciencias, para irse a estudiar humanidades en otro colegio y comenzó a enseñarme algunas cosas en francés... bonjour, très bien, au revoir, merci, entre otras expresiones básicas del idioma, por supuesto, alli si es verdad que me enamoré y comence a averiguar más al respecto. Cuando logré hacer la conexión entre París, sus monumentos y el idioma, no hubo forma de sacarme de la cabeza que en algún momento de mi vida, iba a comerme un croissant en la pata de la Torre Eiffel o al menos muy cerca de ella.

Tiempo después, en la universidad, conocí tanta gente y tan variada, que por supuesto no se hizo esperar que reviviera mis viejos hábitos de interesarme por el francés y evidentemente con las personas que de alguna manera habían vivido en Francia. De éstas cultivo una de las más grandes amigas de mi vida, mi comadre Daisy.

Como "todos los caminos conducen a Roma", en este caso a París, después de mucho quemarse las pestañas y andar errante por el mundo, mi hermanito decide irse a probar suerte... donde más?, pues en París.... que coincidencia! Ya no había nada más que hacer sino inscribirme en un curso de Francés y esperar a que la vida me diera la oportunidad de realizar mi sueño... y voilà... solo habia que tener paciencia...

En mayo de este año, nos fuimos 15 dias de vacaciones a París y no puedo negar que aún hoy, me dura el éxtasis... no me comí un croissant, pero me comí un bocadito de jamón serrano con quesito y alfalfa y una cervecita, en la pata derecha superior de la Torre Eiffel... buena sustitución!

Debo reconocer que como dice una amiga mia, "los tiempos de Dios son perfectos" y seguramente para mi no hubiera significado lo mismo hacer este viaje sola que con mi esposito y mis hijas, los cuales quedaron tan fascinados como yo de todo lo que conocimos, comimos, vivimos y lo mejor de todo contagiados de mi enamoramiento, lo que me garantiza que regresaremos!